Verde que te quiero verde
El debate central en las últimas
semanas fue sobre el aborto, y la construcción del Paro Internacional de
Mujeres este 8 de marzo. El presidente Mauricio Macri inauguró las sesiones
ordinarias del Congreso Nacional, destacando tres puntos relevantes en materia
de políticas de género para que se discutan en el recinto. El discurso que no
duro más de 40 minutos, trató de balancear los primeros dos años de gestión
macrista y lanzar propuestas en apariencia innovadoras.
Es importante leer este discurso
en el contexto del Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Trans y Travestis,
el segundo consecutivo que viene organizando sin prisa y sin pausa desde hace
meses en distintos puntos del planeta incluida la Argentina. Se convocó en más
de 50 países, con mayor centralidad en Europa, América Latina y EEUU. Es una
iniciativa que cada año va ganando en masiva y muestra la diversidad de voces
que hoy por hoy hablan desde el feminismo cuestionando la violencia machista y
el poder cisheteropatriarcal.
En Argentina, durante la apertura
de las sesiones el gobierno se anunciaron tres medidas específicas: se
comprometió a igualar el salario entre el hombre y la mujer como lo establece
las leyes; presentará un proyecto para extender la licencia por paternidad, y a
iniciar el debate sobre el aborto. También destacó la importancia de la
educación sexual como “una herramienta para empoderar a los jóvenes" (sic)
y que puedan tomar decisiones informados.
Hasta ahí, plantea una agenda
sensata, lógica, aunque un tanto demorada para decirlo delicadamente, si se
tiene en cuenta el avance en dichas políticas que tienen otros países del
mundo. Además sus anuncios van a contrapelo de las medidas que este gobierno
tomó en cuanto a los despidos de las trabajadoras y trabajadores del programa
que se destina a pensar las políticas de educación sexual integral tanto a
nivel salud como en educación. En la provisión de medicamento y recursos
sanitarios para abordar seriamente el derecho a decidir, Cambiemos muestra como
nuevo, algo que existió deficientemente en el gobierno anterior y ahora casi no
existe. Es que el desmantelamiento de dichos programas viene acompañado de una
tercerización del trabajo en ong antiderechos que incumplen con las
legislaciones vigentes.
Respecto del tema aborto, bajo la
posición de estar a favor de un debate maduro y responsable, muchos
legisladores y legisladoras evitan sentar posición. Como quien piensa que la
historia comienza cuando una se suma, se plantea que el debate debe comenzar de
cero. El proyecto de ley de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito
se presentó seis veces antes del pasado 6 de marzo. No es el mismo que se
imaginó allá por Mendoza en el 2004 en el marco de XIX Encuentro Nacional de
Mujeres. Esta séptima vez, consiguió tener más de 70s firmas de legisladoras y
legisladores de distintos bloques y el apoyo de más de 500 organizaciones
sociales, políticas, etc.
Por otro lado, respecto de la
licencias por paternidad, si bien se pretende extender la licencia (ridícula)
de dos días a 15 días. Lo cierto es que, en cuanto a crianza y cuidado, la
diferencia entre las licencias por maternidad y paternidad sigue siendo
bochornosas y machistas. Mientras que al varón se le otorgarán (en teoría) 15
días, las mujeres siguen teniendo la responsabilidad absoluta del cuidado el
resto de los 75 días de licencia que le restan. Si le agregamos la cláusula de
presentimos que se pretende imponer en los acuerdos paritarios del 2018, las
principales afectada son las mujeres, quienes son las encargadas de las tareas
de cuidado y domésticas en un mayor porcentaje en comparación con los varones.
Esto es trabajo no remunerado, que gracias a la agenda feminista comienza a ser
visibilizado como trabajo productivo y necesario para la vida cotidiana bajo la
consigna “Eso
que llaman amor, es trabajo NO pago”.
De eso el macrismo no habla, por
que pondría en cuestión el modelo de familia tradicional que busca en la mujer
una sujeta sumisa, dedicada, que permanezca en su casa criando a la descendencia.
El feminismo avanza.
La agenda que el movimiento de
mujeres, lesbianas, gays, trans y travestis viene marcando, condiciona el
escenario político general que sólo se preocupa por las políticas económicas y
las internas políticas tanto del oficialismo como de la oposición. Las mismas
afecta al movimiento particularmente y de modo crítico. En el caso de las
mujeres porque, entre otras cosas, son las que hacen frente a las tareas de
reproducción y el ajuste las obliga a redoblar estrategias para garantizar la
subsistencia. También porque a partir de las ofensivas autoritarias y
represivas se refuerza el cisheteropatriarcado y la violencia no sólo hacia la
protesta sino en lo cotidiano. Como sucede con el Registro de las Personas de
la Provincia de Buenos Aires que obliga a las infancias trans a pasar por
procesos burocráticos innecesarios y fuera de la ley para poder acceder a un
cambio de identidad en su documento. Bajo el argumento que les niñes a esa edad
no pueden saber cuál es su identidad, atropellan el derecho a la identidad que
tanto se reivindica desde el movimiento de diversidad feminista.
La Ley de Cupo Laboral Trans, que
se logró conquistar en el 2015 en Provincia de Buenos Aires, hoy no consigue ser
implementado ni hablar de la posibilidad de una ley nacional. Esto genera que
aquellas personas trans y travestis sean continuamente marginadas y obligadas a
vivir una vida precaria.
Hay quienes aún en este contexto
de visibilidad feminista, subestiman las acciones callejeras y las últimas movilizaciones
masivas que este movimiento supo construir. Tienen la osadía de decir que el
debate parlamentario sobre el Derecho al aborto, es simplemente una cortina de
humo. Si nos estuvieran dadas las condiciones ese debate no podría darse. Con
resistencia las mujeres, lesbianas, gays, trans y travestis hemos avanzado a lo
largo de toda la historia, y lo seguiremos haciendo. Criticando a los lobos
vestidos de corderos que dicen estar en nuestra misma vereda de lucha pero que
en materia de derecho a decidir una vida libre de violencia, defienden
violentos, abusadores y antiderechos. En efecto, existen sectores que se
suponen aliados que sostienen la doctrina de la Confederación Episcopal, y que
niega el derecho a decidir de las mujeres y toda persona con capacidad de
gestar.
La subestimación es una forma
sutil de desvalorizar las luchas dadas, las cortinas de humo no existen, la
lucha en la calle sí. Esta reacción patriarcal es una muestra clara de que hay
miedo de perder beneficios y privilegios que el patriarcado en su forma
cisheterosexual otorga a algunos sectores sociales.
La resistencia es una y es muchas, sólo JUNTAS, REVUELTAS Y EN MANADA vamos a vencer.
Si no puedo bailar no me interesa
tu revolución
.